sábado, 23 de agosto de 2014

Después de la lluvia...

De nuevo, por aquí. Han pasado varios meses desde la última vez que escribí, pero ya es hora de ponerme al día en varias cosas.
En este tiempo, he estado enfrentando una situación de salud que no esperaba y que, aunque está casi resuelta, me tiene en un reposo obligatorio que contrasta con las ganas de hacer cosas que vienen en oleadas pero, hasta que no me autoricen, seguirán dando vueltas en mi cabeza. Esto me ha hecho re-enfocar y repasar tanto lo hecho hasta el momento como lo que me falta y tratar de organizarme para lograr lo que quiero sin estresarme tanto. Es una tarea un tanto compleja, porque soy bastante perfeccionista, pero eso a veces me impide disfrutar del camino por estar pendiente de los detalles que faltan, sin embargo, estoy intentando relajarme a punta de meditación, reiki y... respirar, lento y profundo, para reducir  la ansiedad, según me dijo una conocida.
Pero no todo ha sido quietud y noticias desfavorables. También han habido buenas nuevas, como que postulé a un libro que se va a lanzar en octubre sobre fieltro. Aunque reconozco que fue de puro patuda, porque no llevo mucho tiempo fieltrando y me falta mucho más por aprender, se dieron las cosas para que 2 de mis bebés (mis obras, qué lindo suena) estén incluidas, gracias al apoyo de mi hermano, Vicente, y de mi actual pareja, Armando, así que en pocos meses podría haber otro giro en el camino.
Lo otro bueno es que estoy entregando mis trabajos a una tienda de artesanías de por aquí y, hasta el momento, se han vendido 2 brazaletes y, recién ayer, una bufanda en nuno fieltro, lo que me puso muy contenta y recuperé el optimismo que se me estaba escapando. Y, ya que lo del fietro húmedo (el nuno, que es mi favorito) estará detenido, me estoy volcando hacia el agujado y empecé a  hacer un pesebre pequeño. Además, encontré un nombre y crearé una página en Fb para mis trabajos prontamente. Poco a poco, se van abriendo puertas.
Me despido, dejando unas fotos de cómo me siento en estos momentos: un caracol que, después de la lluvia, sale lentamente a recorrer el jardín, confiado en encontrar lo que le haga falta en el camino, porque lo que necesita, su hogar, va siempre consigo.