Empezar de nuevo, volver al camino, renacer de las cenizas; reinventarse; darle otra oportunidad a la vida; levantarse después de la caída... Muchas formas de decir que has vivido ciertos acontecimientos que contribuyeron a que te replantearas el curso de la vida que tenías y decidir cambiarlo, sin saber adónde te llevará ni qué será de ti y, sin embargo, con una sensación que vas a estar bien, incluso, cuando el miedo o la duda hagan su entrada y parezca tambalear tu decisión, que recién está echando raíces.
Mi nombre es Natalia Espinoza; ejercí la medicina veterinaria desde el 2004 y, desde el año pasado, me aparté de ella y me encuentro dándole espacio al talento artístico, si se le puede llamar así, que estaba semidormido esperando una oportunidad, con el apoyo de mi pareja, familia, mis gatos, amigos y mi querido hermano, Vicente , que ha estado ayudándome de muchas formas para seguir adelante. Fui a clases de mosaico, asistí a talleres de fieltro (que me fascina), terminé unos trabajos al óleo que tenía pendientes y fotografío todo aquello que me agrada y creo que servirá de inspiración.
La verdad, no sé en qué va a terminar este nuevo camino que tomé. "Mi futuro es incierto", es lo que solía responder, más joven, cuando me preguntaban "¿qué vas a hacer ahora?" y que había olvidado lo bien que me hacía sentir. Hasta el momento, estoy muy contenta de lo que he aprendido y logrado; curiosa, por lo pueda venir, y con el corazón indicando que, aunque a veces no esté tan claro para mi mente, voy por buen sendero.
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